Por un momento me aislé.
Me eleve.
Acompañado de letras y de aquel paisaje, que solo se pude ver desde arriba,
percibi –de nuevo- las fascinantes figuras sin forma de la naturaleza.
Me eleve.
Acompañado de letras y de aquel paisaje, que solo se pude ver desde arriba,
percibi –de nuevo- las fascinantes figuras sin forma de la naturaleza.
Esas manifestaciones que me inspiran y que intermitentemente
develan lo variable y estocástico de lo natural.
Las nubes, por efecto físicos, formaban imaginariamente
valles y montañas, mares de leva, explosiones, crecimiento y demás fenómenos;
animales, selvas, desiertos (blancos por supuesto) que hacen de un modo u otro relacionar o asociar tal como lo glosaban los surrealistas.
foto: mao (desde vuelo bta-ctg)
-Que casualidad que las letras que leía hablaban del surrealismo-
y mirando por la pequeña ventana ese paisaje danzante note como una meseta se convirtió en cordillera
y luego ésta devino a mar.
Fue una manipulación divina de la materia y de la forma y (me atrevo a decir) de la textura.
Un hallazgo inmaculado el hecho de cómo la luzpenetraba a través de aquel ente ingrávido
descubriendo su figura (y también su significado);
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